
La carta escogida cambia de color a voluntad del artista.
El artista muestra una baraja de dorsos rojos. Hace escoger una cara y, después de cortar, la localiza al instante, a pesar de que ahora todos los dorsos han cambiado de color, excepto el de la carta escogida que sigue siendo rojo. Finalmente la carta también se vuelve azul.